Es cierto que en la serie las drogas corren como en una fiesta de la jetset, que los protagonistas beben como en pelis de los años cincuenta y que tanta relación sexual es propia de ciencia ficción (o porno ficción). Pero eso le da un toque.
Los guionistas han encontrado en el personaje alguien en el que mirarse pero no al que parecerse. Esta claro que Hank Moody es un crápula que quiere a las mujeres, aunque sólo esté enamorado de una. Las trata con respeto, aunque ese respeto no incluye la fidelidad.
Esta serie me gusta, pero tengo claro que es una mala influencia.
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